La alta costura volvió a brillar en París con la inauguración del desfile de Schiaparelli, y fue Kendall Jenner quien acaparó todas las miradas al abrir el show. La supermodelo desfiló con una pieza emblemática que encapsuló a la perfección la esencia surrealista de la casa de moda: una mezcla magistral entre arte, innovación y diseño de vanguardia.
El desfile, presentado en el corazón de Francia, marcó un nuevo capítulo para Schiaparelli, honrando las raíces de su fundadora Elsa Schiaparelli. Las piezas mostradas incluyeron siluetas atrevidas, adornos inspirados en esculturas y texturas que evocaron obras de arte en movimiento.
Kendall Jenner abrió la pasarela luciendo un vestido estructural con detalles dorados, haciendo alusión a los icónicos motivos surrealistas de la firma, que han definido la estética de Schiaparelli a lo largo de las décadas. Su presencia reafirmó el lugar de la marca como un puente entre el arte y la moda contemporánea.
La colección presentó una narrativa visual cargada de simbolismo, combinando tejidos lujosos, formas abstractas y referencias a la obra de artistas clásicos que inspiraron a Elsa Schiaparelli. Cada pieza fue una declaración de individualidad y creatividad, celebrando la unión entre lo tradicional y lo futurista.
La inauguración no solo reafirmó la influencia de Schiaparelli en la alta costura, sino también el poder de Kendall Jenner como musa contemporánea. La supermodelo continúa consolidándose como un ícono global, llevando la moda a nuevos horizontes con cada paso en la pasarela.
Con este desfile, Schiaparelli demostró que el arte sigue siendo una fuente infinita de inspiración, y que la alta costura es el lienzo perfecto para expresarlo. Una noche inolvidable en la ciudad que siempre será la cuna de la moda.