Dos de los mejores vinos de Chile, que sólo se comercializan en la Plaza de Burdeos por
especialistas de venta de vinos finos para el mundo, arriban al puerto del Callao en el primer
trimestre del 2025 gracias a su socio estratégico “Perufarma”. Será un primer lote de 50 unidades de cada etiqueta para beneficio de los grandes coleccionistas de vinos de lujo.
Eduardo Chadwick, Ingeniero civil industrial de profesión, inició en el mundo del vino a los 24 años y reemplazó en el jardín de la finca familiar, la cancha de polo, donde allí nace Viñedos Chadwick, la botella de mayor precio con bandera de Chile. Un vino elaborado con cepas bordelesas de añadas excepcionales.
Ícono del vino chileno, está ubicado en D.O. Puente Alto, en el Valle del Maipo, a los pies de la Cordillera de los Andes. Terroir excepcional, considerado la cuna en Chile para el Cabernet Sauvignon de clase mundial.
El viñedo de 15 hectáreas se encuentra a 650 metros sobre el nivel del mar y posee un suelo de origen aluvial con un 70% de piedras, de clima mediterráneo, con alta oscilación térmica, que permite una maduración lenta, resaltando la frescura y la acidez natural de la fruta.
Chadwick ha recibido puntajes sobresalientes, incluyendo 99 puntos (James Suckling) y 96
puntos de Robert Parker (The Wine Advocate) para su cosecha 2016 que llega a Lima. Esta fue una cosecha fresca, la vendimia se realizó a mano en abril, con una fermentación en pequeños estanques de acero inoxidable y una crianza de 22 meses en barricas de roble francés y fudres Stockinger. Sus añadas 2014, 2017 y 2021 alcanzaron la perfección con 100 puntos, donde la última añada también fue puntuada con 100 ptos por Robert Parker y Tim Atkin.
“Entrada sedosa, el paladar es dominado por sabores de frutas rojas frescas que emergen con toques de tabaco y casis. Los sabores complejos son puros y delineados. Los taninos de grano fino ofrecen una textura lineal y fluida de gran elegancia e intensidad que prometen deleitar en los años venideros”. E. Chadwick
La alta gama es el camino sustentable para el vino, nos dice Chadwick. “Seña fue el primer vino chileno desarrollado en una asociación internacional con Robert Mondavi y su familia en 1995. El objetivo fue crear un vino de calidad ultra-premium para demostrar que Chile tiene las condiciones de entrar en las grandes ligas de los vinos mundiales”, comparte.
Seña nace en 1995, cuando Chile era conocido por sus vinos buenos, bonitos y baratos. El nombre simboliza esa declaración de calidad y excelencia, enviando un mensaje claro de que Chile no solo era un país productor de vinos accesibles, sino que también podía elaborar vinos premium con identidad propia.
Vino emblemático cuyo objetivo era crear un vino de clase mundial que reflejara la excelencia del Valle de Aconcagua. A lo largo de los años, Seña ha consolidado su prestigio internacional, siendo reconocido entre los mejores vinos del mundo.
El viñedo de Seña se beneficia de un clima mediterráneo con influencias oceánicas, lo que permite una maduración equilibrada de las uvas. Los suelos coluviales, compuestos por arcilla, rocas y arena, ofrecen un excelente drenaje y contribuyen a la complejidad y elegancia del vino.
La añada 2021 que llega a Lima, se caracteriza por su frescura y elegancia. El ensamblaje está compuesto por 50% Cabernet Sauvignon, 27% Malbec, 17% Carménère y 6% Petit Verdot. Tras una cuidadosa fermentación, el vino fue envejecido durante 22 meses en barricas de roble francés, de las cuales el 70% eran nuevas, y el 10% en tinas, aportando complejidad y estructura al vino. Una etiqueta de 100 ptos. (James Suckling) cuyas añadas 2015 y 2018 repitieron dicho reconocimiento.